Las runas vikingas son un sistema de escritura y adivinación utilizado por los antiguos pueblos nórdicos, especialmente los vikingos, que habitaban Escandinavia durante la Edad Media. Cada una de las 24 runas del alfabeto rúnico tiene un significado simbólico y místico, que se cree que proviene de los dioses nórdicos y de la naturaleza. Estas runas eran utilizadas para inscripciones en piedra, madera, metal y hueso, así como para lanzar y leer oráculos.
El misterio que rodea a las runas vikingas se debe a su conexión con la cultura ancestral y sus prácticas esotéricas. Se cree que las runas contienen poderes mágicos y espirituales que permiten a quienes las utilizan acceder a conocimientos ocultos y a la sabiduría de los dioses nórdicos. Su uso en la adivinación se basa en la creencia de que las runas pueden ser utilizadas para obtener orientación y revelar el destino de una persona.
Además de su uso como herramienta de adivinación, las runas vikingas también se utilizaban para la protección y la sanación. Se creía que inscribir ciertas runas en amuletos, talismanes o en el cuerpo mismo podía proporcionar poderes protectores, curativos y fortificantes. Los vikingos confiaban en las runas para guiarlos en sus decisiones, protegerlos en la batalla y conectar con lo divino en su vida cotidiana.
En la actualidad, las runas vikingas siguen siendo objeto de interés y estudio en la comunidad esotérica y paganista. Muchas personas las utilizan como herramienta de autoconocimiento, meditación y conexión espiritual con sus raíces ancestrales. A través de la interpretación de las runas, se busca buscar significado y orientación en asuntos personales, así como también honrar y mantener viva la tradición vikinga en el mundo moderno.